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Todos somos amantes de la temporada navideña, pero… no significa que nos morimos por revestir cada rincón de la casa con rojo y verde, a veces, sin tener idea de cómo combinarlos entre sí.

Las fiestas son un evento importantísimo para el círculo familiar, tanto como la decoración de tu hogar lo es para ti durante todo el año. ¡Conciliemos ambas ideas!

La Navidad no es más navideña por usar los colores más llamativos o convencionales. Lo importante es la calidez, la apacibilidad y la alegría que transmita el lugar donde nos encontramos celebrándola. En este sentido, ¡tú eres quien se ocupa de propiciar una experiencia inolvidable!

¿Cuáles son los colores que podrían ayudarte en esta tarea?

¡La gama de neutros, sin duda, debe ser tu elección! Si observas con detenimiento nuestra guía exprés de colores, te harás una idea de cómo se vería un espacio con estas tonalidades. Seguramente, la palabra que viene a tu mente es clásico.

Si tu mobiliario central se ajusta a esta paleta, tendrás una especie de lienzo en blanco donde vaciar distintos elementos decorativos. A continuación, te tocaría definir cómo acentuarás o complementarás esa gama base. ¡Aquí te dejamos unas cuantas sugerencias para que tú mismo decidas cuál te conviene!

No olvides que al momento de escoger tu norte debe ser la armonía; puede que descubras que no necesitas ni siquiera añadir otros colores, que te sientes confiado entre el rosa pálido y el gris; o el negro, el blanco y el beige.

El término blanca Navidad no refiere exclusivamente a la nieve decembrina y, por supuesto, va más allá de una percepción cromática. Tiene un sentido de pureza, de paz, de unión; sensaciones fácilmente transmitidas por la sutileza de una buena mezcla de tonalidades.

Y nunca olvides que cada una habla por su cuenta; tu trabajo estará hecho cuando logres que dialoguen entre sí para expresar ―sin tener que explicarte ante las visitas― lo que significa para ti vivir la experiencia de una fiesta en tu hogar.